El tejido óseo es una
variedad de tejido conjuntivo que se caracteriza por su rigidez y su gran
resistencia tanto a la tracción como a la compresión, contiene células
separadas entre sí y rodeadas por una matriz intercelular abundante compuesta
por: 25% de agua, 25% de fibras proteínicas y 50% de sales minerales
cristalizadas.
El tejido óseo está
formado por 4 tipos de células:
- Células osteógenas: son las únicas con capacidad de división ya que son las células madre no especializadas, las células resultantes de estas (células hijas) se transformaran en osteoblastos.
- Osteoblastos: encargados de sintetizar y secretar la parte orgánica de la matriz ósea durante su formación. Se ubican siempre en la superficie del tejido óseo ya que este sólo puede crecer por aposición.
- Osteocitos: responsables de la mantención de la matriz ósea, que se ubican en cavidades o lagunas rodeadas por el material intercelular calcificado. La nutrición de los osteocitos depende de canalículos que penetran la matriz ósea y conectan a los osteocitos vecinos entre sí y con canales vasculares que penetran al hueso o que se ubican en las membranas conjuntivas que revisten la superficie del hueso (periostio y endostio). De hecho ningún osteocito se encuentra a más de una fracción de mm de un capilar sanguíneo.
- Osteoclastos, son células muy grandes derivadas de la fusión de monocitos, (son un tipo de glóbulos blancos) responsables de la reabsorción del tejido óseo, que participan en los procesos de remodelación, crecimiento, mantenimiento y reparación normal de los huesos y que pueden encontrarse en depresiones superficiales de la matriz ósea llamadas lagunas de Howship.
Los huesos no son
completamente solidos sino que presentan espacios pequeños para el
almacenamiento de medula ósea o bien son conductos atravesados por vasos
sanguíneos, el tejido óseo se clasifica en:
- Tejido óseo compacto: Se
encuentra en la capa externa de los huesos largos formando la diáfisis, en el exterior y en el interior de los huesos planos y
en distintas zonas en los huesos cortos, según cada hueso
en concreto. Se encuentra en la capa externa de los huesos largos formando
la diáfisis, en el exterior
y en el interior de los huesos planos y en distintas zonas en los huesos
cortos, según cada hueso en concreto. Es un tejido duro, denso y frágil.
Al observarlo al microscopio destacan estructuras cilíndricas,
denominadas osteonas,
formadas por capas concéntricas de laminillas óseas, donde se encuentran
insertos los osteocitos. En el interior de la osteona hay un canal, el conducto
de Havers, por donde circulan vasos sanguíneos, linfáticos y nervios. Los vasos
sanguíneos aportan los nutrientes necesarios a las células de los huesos y
conducen las hormonas que controlan el aporte de calcio. También aparecen
canales que conectan unos conductos
de Havers con otros. Estos conductos se llaman conductos de Volkmann.
- Tejido óseo esponjoso: sinónimo de hueso trabecular o hueso esponjoso, es
uno de los dos tipos de tejido óseo que forma los huesos. En comparación
con el hueso compacto, tiene una superficie mayor, pero es menos denso, más
suave, más débil y menos rígido. Por lo general se produce en los extremos de
los huesos largos, en las proximidades de las articulaciones y en el interior
de las vértebras. El hueso esponjoso está muy vascularizado y con frecuencia
contiene la médula ósea roja, donde la hematopoyesis, o producción de células
sanguíneas, tiene lugar. La principal unidad anatómica y funcional del hueso
esponjoso es la trabécula.
Bibliografía
- http://2.bp.blogspot.com/- JjXEoyi3prw/Uad2ktbpFgI/AAAAAAAAEoc/pPK3k7mHFRk/s1600/lamina_Tejido+oseo+copy.jpg
- http://escuela.med.puc.cl/paginas/cursos/segundo/histologia/histologiaweb/paginas/co26107.html
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